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FLOORTIME O JUEGO CIRCULAR: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

 

 

¿EN QUÉ CONSISTE ÉSTE NUEVO MÉTODO?

 

Según el modelo DIR, el nivel de Desarrollo del niño/a va a estar influenciado por las diferencias Individuales de cada niño/a, los patrones familiares y ambientales en torno al niño/a y el tipo de Relaciones o interacción que el niño/a establece con sus padres o cuidadores significativos.

 

La principal estrategia de intervención en la cual se basa el modelo DIR es originalmente conocida en inglés como Floor Time. Este concepto ha sido también traducido al español bajo el termino Juego Circular, de acuerdo a sus principios básicos de usar el juego y establecer círculos de comunicación. El juego circular es “una forma sistemática de jugar con un niño para ayudarlo a subir por las etapas de desarrollo”.

 

Esta estrategia consiste en apoyar a los padres / cuidadores a establecer sesiones de interacciones lúdicas diarias con los niños/as, promoviendo oportunidades para fortalecer aspectos de regulación, vinculación, así como expresar emociones o deseos a través de conductas comunicativas cada vez más complejas.

 

A continuación se presentan algunas instrucciones básicas describiendo como los padres u otros cuidadores pueden implementar en forma práctica esta técnica en el hogar:

 

a) Definir lugar y horario

  • Identificar momentos del día en que los cuidadores pueden darse aproximadamente 20 minutos para jugar sin interrupciones (ej. Llamados de teléfono, cuidar niños más pequeños, cocinar, etc.)

  • Asegurarse que este también es un buen momento para el niño (ej. no esta cansado, ni tiene hambre, etc.)

  • Identificar un lugar donde jugar que sea seguro, tranquilo, sin grandes distracciones, placentero

  • Anticipar posibles problemas y evitarlos para no tener que estar colocando limites durante el juego

b) Comenzar por seguir la iniciativa o interés del niño/a

  • Preguntar al niño “a que quiere jugar” y observar su respuesta, su interés

  • La respuesta a esta pregunta, o el objeto o actividad de interés del niño/a constituyen el inicio de un circulo de comunicación

  • Seguir la iniciativa o interés del niño permite ver a qué nivel él o ella es capaz de interactuar

  • Permite al niño/a estar en control, sentirse seguro/a

  • Otorga al niño/a la oportunidad de tener la experiencia emocional de que su interés puede tener una repercusión en el otro

 

c) Construir sobre el interés del niño

  • El adulto extiende y expande en torno al interés del niño/a

  • Esto permite expandir la riqueza de la etapa en que el niño muestra desenvolverse, ayudando a consolidar esta etapa

  • La elaboración del adulto permite a la vez introducir gradualmente nuevos desafíos para esta etapa y/o avanzar hacia la siguiente etapa cuando esta etapa ya esta suficientemente consolidada

d) Construir siempre a partir de las etapas básicas hacia las más complejas

 

Para cada una de las etapas preguntarse:

 

  • ¿Está el niño (y el cuidador) alerta, calmado y atento?

  • ¿Están ambos gozando la interacción?

  • El juego involucra algún tipo de dialogo o comunicación simple, de ida y vuelta entre el adulto y el niño

  • El juego involucra algún tipo de negociación o comunicación compleja en que el niño/a expresa sus deseos y/o emociones

  • Si el niño tiene capacidad simbólica, ¿que ideas o emociones está expresando a través del juego?

  • ¿Logra el niño/a expresar estas ideas y/o emociones en forma lógica?

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e) Dar rienda suelta a la creatividad y gozar

  • Usar el humor, el absurdo, gozar la interacción.

  • El niño aprenderá más en estados afectivos intensos, bajo “tonalidad afectiva alta”

  • Si la experiencia es placentera, la querrá repetir, pero si la experiencia es agotadora o atemorizante, la querrá evitar.

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Esta estrategia ha demostrado ser costo-efectiva para promover el desarrollo infantil, tanto en niños con desarrollo típico como atípico. Se puede capacitar a cualquier adulto o joven que goce jugando o interactuando con el niño/a, y por ello puede ser implementada en el hogar o la escuela agregando intensidad a la intervención si se hace en forma diaria.

 

CÓMO FUNCIONA ÉSTE MÉTODO

 

El tiempo del suelo (floor time) consiste en una serie de técnicas para ayudar a los padres y profesionales a abrir y cerrar círculos de comunicación, con el objeto de fomentar la capacidad interactiva y de desarrollo del niño.

 

Para formularlo de modo sencillo, el tiempo del suelo es una interacción no estructurada, dirigida por los propios intereses del niño. Los profesionales o los miembros de la familia pueden turnarse para trabajar con el niño en sesiones de 20-30 minutos, hasta llegar como máximo a ocho sesiones diarias, según las necesidades del niño.

 

El objetivo del tiempo del suelo es estimular la interacción cara a cara, uno-a-uno. Esto puede implicar un “cortejo” activo al niño, para que éste responda a sus señales.

 

El tiempo del suelo moviliza las capacidades interactivas del niño, así como su capacidad relacionada con la percepción, el lenguaje, la exploración motora y el proceso sensorial.

 

Las interacciones deben implicar siempre un dar y recibir. La meta es abrir y cerrar muchos, muchos círculos de comunicación. Una vez que el niño haya dominado esta interacción de doble vía, él puede utilizarla para superarse hacia otros niveles adicionales del desarrollo, incluyendo el juego imaginativo o simulado, el diálogo verbal y el pensamiento lógico.

 

Tanto si el niño habla como si no lo hace, es importante mostrar que usted entiende sus sentimientos. Si DAVID tiene una rabieta porque derramó su taza de leche, usted puede decir, “Muchacho, ¡estás muy enojado!”. Muestre, mediante sus expresiones faciales, su voz y su lenguaje corporal, que usted sabe por lo que él está pasando. Ayudándole a expresar sus emociones y a saber que usted las entiende, usted le está ayudando a trabajar con ellas de una manera positiva.

 

Pasos pequeños…pequeñas victorias: Intente ayudar a su niño a experimentar un sentido de la maestría para las victorias pequeñas. Desmenuce los retos en una serie de pasos pequeños, de modo tal que el niño se vea estimulado por sus pequeños triunfos.

 

 

Fije límites (pero no demasiados): Cada padre debe seleccionar aquellas áreas donde los límites son importantes y las reglas deben ser obedecidas. Es importante resistirse al impulso de entablar batallas en muchos frentes simultáneamente. Una vez que usted haya seleccionado los asuntos más importantes, la clave es ser firme, pero de una manera apacible y segura, nunca atemorizante.

 

Piense en la imagen de un gran oso de felpa o un gigante amable y bonachón, que puede ser firme, pero no es ni intimidante ni desorganizado. Los límites firmes, que pueden también ser discutidos durante una sesión de resolución de problemas, crean el sentimiento de seguridad que un niño necesita para desarrollar modos más flexibles de hacer frente a los desafíos del desarrollo.

 

Luchas de poder: más tiempo de suelo: Si se encuentra usted involucrado en más y más luchas de poder con respecto a las reglas, incremente sus sesiones del tiempo de suelo. El tiempo de suelo proporciona sentimientos de seguridad, libertad, empatía e intimidad que ayudarán a su niño a desear cooperar. También impedirá que la relación se deteriore por sucesivas luchas de poder. Muchos niños requieren a la vez una firmeza adicional en cuanto a los límites y más tiempo de juego. Es muy fácil que al hacer una de estas cosas, olvidemos la otra. Los puntos discutidos anteriormente demuestran la importancia de los lazos afectivos para facilitar el desarrollo.

Recuerde:

 

Las aproximaciones basadas en la relación y el desarrollo completo reúnen dos elementos vitales:

 

1) estrategias específicas que trabajan las diversas áreas del desarrollo

2) un acercamiento total que permite a los niños y a sus familias progresar juntos en las etapas del desarrollo.

 

Los padres deben estar especialmente alertas con los programas de tratamiento que contienen elementos que no fomentan los lazos afectivos y las interacciones diarias que van a permitir al niño aprender a prestar atención, gozar el compartir con otros, leer y responder a señales y gestos no verbales, llegar a ser imaginativos y creativos, verbalizar y jugar a simular sensaciones y deseos, así como pensar con lógica.

 

 

EJEMPLO PRÁCTICO DE FLOOR TIME

 

El tiempo de suelo funciona de la siguiente manera: Barry, un niño de dos años, da vueltas sin ninguna meta especial en el cuarto donde juega, sin concentrar su vista en nada. En lugar de tratar de hacer que se siente y no se mueva, la madre se junta con él en sus vueltas alrededor del cuarto, diciendo: “¿Es esto un desfile, Barry? Vamos a jugar a desfilar, marchando, marchando, marchando…”. Barry emite un suave gruñido como respuesta. Mira a su madre, y sonríe, siempre dando vueltas en círculo. Después de un tiempo, ella toma al osito Teddy y dice: “¿Puede Teddy desfilar con nosotros, Barry?” Barry toma la pata del osito Teddy y los tres desfilan juntos por el cuarto. Entonces su madre, hablando con el osito, dice: “¡Quiero ir allá!” y cambia de dirección con brío. Cuando su madre empuja al osito Teddy en dirección contraria, el niño vuelve a tomarlo. “¡Quiero ir allá!”, repite ella. De nuevo, el niño tira del osito, balbuceando sonidos y moviendo su cabeza indicando que “No”. Su madre le responde: “De acuerdo, iremos en tu dirección”.

 

Observemos los “círculos de comunicación” que Barry cerró. Recuerde que su madre empezó incrementando su interés en dar vueltas alrededor del cuarto. Entonces, Barry le sonrió, respondiendo al juego de ella. El hizo “ruidos de desfile”. Tomó a su osito Teddy cuando ella se lo ofreció. El lo empujó en respuesta al empuje de su madre. Observe que, aunque al principio la madre siguió la iniciativa de Barry, poco a poco ella se basó en la actividad original de su hijo, hasta retarlo a tomar más y más iniciativas. Al mismo tiempo, mantuvo activa una conversación mediante gestos y palabras.

 

¿Qué pasa si un niño se tumba quieto en el suelo o se sienta sin moverse durante el tiempo de juego en el suelo y no hace “nada?” ¡No existe tal cosa como no hacer nada! Incluso un niño tendido en el suelo y quieto puede estar comprometido en una interacción. Finja que es usted una manta, ponga suavemente sus brazos encima de él y vea qué ocurre. La mayor parte de las veces, el niño le dará un abrazo o más. En cualquier caso, usted abra y cierre los círculos, siguiendo la iniciativa del niño.

¿Qué ocurre si su hijo juega constantemente con un solo objeto? Por ejemplo, golpea una cuchara contra el suelo durante horas. Básese en su interés. Trate de entrar en su tarea, golpeando usted la cuchara y haciendo gestos con la mano. O bien, consiga una cuchara mayor que haga un ruido mejor. Si esto no conduce a círculos de comunicación, haga que el osito de peluche tome la cuchara con un movimiento lento y suave. Si el niño tira del osito, estupendo. Si el niño, de un modo pasivo, le deja a usted tomar la cuchara. escóndala. Recuerde, construya siempre sobre la iniciativa original del niño.

 

Una vez que su hijo empiece a abrir y cerrar círculos, uno tras otro, y empieza a imitar sus sonidos, expresiones faciales y movimientos de las manos, el niño puede estar preparado para involucrarse más en un juego simbólico (fingido, de simulación, imaginativo) y utilizar palabras e ideas. Esto significa que lo que usted dice y la cantidad de palabras que usted emplee es muy importante. No se limite a describir su juego, involúcrese en el “drama”.

 

Combine acciones con palabras. Si el niño está comiendo, tome una muñeca y diga, con la voz de la muñeca: “¡Yo también tengo hambre! ¿Me haces algo para desayunar?” Haga que la muñeca extienda su mano. En etapas posteriores, puede usted alentar ideas y pensamiento emocional de causa y efecto, haciendo que otra muñeca pregunte por qué está comiendo la primera muñeca.

 

Por ejemplo, el niño puede aprender los conceptos de “arriba” y “abajo”, o bien “mucho” y “poco” abriendo y cerrando círculos de comunicación mientras sube y baja escaleras que son más altas o más bajas. Dependiendo de su nivel de desarrollo, el niño se limitará a experimentar de modo interactivo los “altos” y los “bajos”, o bien podrá hablar sobre ellos y comprender verbalmente estas experiencias. El soporte familiar deberá adherirse también a este modelo de desarrollo más amplio. De modo ideal, la familia no es solamente un refugio de seguridad y afecto, sino que podrá asimismo proporcionar oportunidades para interacciones que ayudarán a desarrollar las capacidades del niño.

 

Cuando se utilizan técnicas adicionales, tales como modos especiales para facilitar la comunicación, deberán usarse en un marco que favorezca estas metas de desarrollo más amplias. Por ejemplo, si a un niño se le enseña la palabra “taza”, se le deberá de ayudar inmediatamente para usar su taza y hablar de ella en un juego simbólico, como por ejemplo que haga que una muñeca “pida” una taza de zumo porque tiene sed. En resumen, esta aproximación constituye una guía y un hogar para las etapas individuales del tratamiento. Toma elementos de las características individuales del niño y sus capacidades actuales de desarrollo para permitirle progresar a la siguiente etapa del desarrollo.

Sobre todo, sea activo, juegue y tranquilice. Asegúrese de que está usted propiciando interacciones, sin limitarse a jugar al lado del niño.

 

En casa, se recomienda una sesión diaria de Floor Time, de 20 minutos, 7 días a la semana, llevadas a cabo por los padres y cuidadores del niño.

 

GUÍA DE INTERVENCIÓN PARA INCREMENTAR LA INTERACCIÓN CON NIÑOS CON AUTISMO.

 

La meta más importante al tratar con niños con autismo es lograr desarrollar comportamientos interactivos espontáneos que contengan un propósito y que sean intencionales.

 

Es importante entender que muchos de los comportamientos observados en estos niños son en gran parte patrones defensivos que han sido desarrollados de forma secundaria, como consecuencia de determinadas dificultades de procesamiento. Lo que intentan es huir de la información, auditiva y gestual, que el niño no puede interpretar adecuadamente y le hace sentirse incómodo.

Los siguientes puntos tratan de cómo desarrollar los primeros tres niveles de comunicación: atención mutua, enganchamiento mutuo y comunicación temprana. Estos niveles pueden estar relacionados entre sí.

 

SEGUIR AL LÍDER: no importa lo que esté haciendo el niño. Lo esencial es seguir el liderazgo del niño y hacerlo interactivo. Comenzaremos por hacer lo que el chico haga y le ayudaremos a lograr su objetivo. Nunca interrumpiremos un proceso interactivo una vez que el niño se incorpore a él.
 

TRATAR LAS ACCIONES DEL NIÑO COMO SI FUERAN INTENCIONALES Y LLENAS DE PROPÓSITO: a veces su comportamiento parece discontinuo y sin propósito (levantar y soltar objetos sin objetivo aparente). Al darle atención a cada uno de los movimientos del niño como si fuese la cosa más importante del mundo, su interés y energía convencerán al niño de que cualquier cosa que esté haciendo tiene sentido y logrará una respuesta. Por ejemplo, si el niño está sujetando algo, le daremos un objeto similar a sujetar, y luego otro y otro. Puede que el niño se marche o dirija su atención a otra cosa; entonces tomaremos la nueva acción como punto de partida y seguiremos con la comunicación. Si él se niega también se está comunicando. Estos gestos son el comienzo de abrir y cerrar círculos de comunicación. Por ejemplo, si él inicia algo (actitud que tomaremos como intencional), responderemos dándoselo de nuevo a él, y él cerrará el círculo al repetir o rechazar lo que hicimos. Estos esfuerzos preceden a la toma de turnos. Al tratar los movimientos del niño como intencionales y con sentido en vez de como desorganizados y sin meta fija, su evasión organizada puede ser evitada o aceptada en una forma más directa e interactiva.

 

ESTIRAR LOS DESEOS DEL NIÑO Y ALGUNAS VECES HACERSE EL TONTO: cualquiera que sea la forma en que el niño comunique su deseo por algo, es importante responder rápidamente. Pero esto nos puede llevar a terminar con la interacción demasiado rápido. Por eso, es aconsejable estirar ese deseo en tantas interacciones como sea posible. Por ejemplo, si nos señala un objeto, en vez de dárselo de inmediato, deberemos preguntarle qué es lo que quiere, y darle un objeto similar unas cuantas veces para ver si el niño quiere algo más.

 

DIFERENCIAR NUESTRAS ACCIONES DE LAS DE ELLOS: a menudo estos niños, a la hora de hacer algo cogen la mano de sus padres como una extensión de su propio cuerpo. Esto impide que la acción se convierta en otra más compleja por dificultades motoras o falta de diferenciación del otro. Es importante ponernos frente al niño para incrementar el contacto cara a cara, de esta forma podremos ver las expresiones del chico y el verá las nuestras. Expresaremos placer con cada movimiento que el haga y le daremos más objetos para que los coja y así estimularle a que él haga lo mismo. Le ayudaremos a hacer lo que quiera pero a poder ser con nuestra mano sobre la suya (que sea él quien nos guie y no al contrario). Alargaremos las pausas y nuestras acciones tanto tiempo como el niño esté atento y esperando a lo que nosotros podamos hacer o darle.

 

AYUDARLE A HACER LO QUE ÉL QUIERA HACER: por ejemplo, si el niño está alineando objetos, le daremos el siguiente objeto unas cuantas veces más, cuando él acepte esto, pondremos nosotros el próximo objeto donde él lo hubiera puesto. Cuando el niño acepte esto, trataremos de colocar un objeto en el lugar inadecuado, y si él protesta, reconoceremos el error y lo pondremos donde el quiera. Mantendremos este desorden pero suavemente para evitar que el niño se desorganice o se vaya a otro lado. Cuando ayudemos al niño, trataremos de controlar los objetos que le damos para aumentar el número de veces que el niño nos comunicará si quiere otro objeto igual o diferente.
 

TENER JUGUETES SENSORIALES, DE CUERDA, DE CAUSA- EFECTO…: para atraer la atención e interés del niño. A veces es más fácil mantener su atención con juguetes que le estimulen por sí solos (un juguete de cuerda que anda solo) que si intentamos estimularlos nosotros directamente. A menudo el niño rechazará un juguete que nosotros le ofrezcamos pero no tardará en cogerlo de la silla en la que lo hemos dejado.

 

DARLE UN PROBLEMA PARA SOLUCIONAR: por ejemplo, nos colocaremos en medio de su camino, o le pondremos la camiseta por los pies o le daremos los zapatos equivocados. Es en estos momentos cuando el niño se ve más obligado a responder (es hasta necesario que responda si quiere seguir con su actividad) ya que todo el mundo a su alrededor también se ha ritualizado.
 

NO ACEPTAR UN “NO” POR RESPUESTA. DESHACER LO QUE HEMOS HECHO ES UNA RESPUESTA: en algunos casos, el rechazo es la respuesta y podemos tratarla como una forma de seguir adelante e intentar algo nuevo. Por ejemplo, “ya veo que no quieres esto!, lo siento, inténtalo con este otro juguete!”. En esencia, nuestra persistencia dará fruto a medida que el niño se vaya dando cuenta de que no vamos a parar de perseguirle y de tratar sus acciones como funcionales.

 

ESTIMULAR LA EXPLORACIÓN Y LAS ELECCIONES DEL NIÑO: es muy importante enseñar al niño a empezar cosas por su cuenta (más que presentarle tareas o juegos ya estructurados por nosotros). Un niño aprende cuando nosotros nos implicamos en lo que él inicia y descubre, por simple que sea. Cuando un niño tiene severas dificultades de planificación motora pero muestra interés, entonces es de gran ayuda hacer las acciones con nuestras manos sobre las suyas para ayudarle a empezar a usar los objetos o juguetes. Así mismo dejaremos los juguetes por el suelo o el cuarto para que el niño pueda iniciar, organizar y aprender a jugar con algo por su cuenta. Deberemos crear un ambiente más estimulante.

 

DARLE NUEVOS SIGNIFICADOS A LOS COMPORTAMIENTOS ANTIGUOS: si el niño comienza a dar vueltas sobre sí mismo, le cogeremos las manos y bailaremos con él, cantando alguna canción infantil que mencione un carrusel. Los niños reconocerán estos gestos y abrirán sus puertas a los significados simbólicos. A medida que el niño se vuelve más simbólico y más hábil para secuenciar acciones, nuevos significados saldrán rápidamente a flote. Por ejemplo, una línea estática puede ser una fila para coger el autobús escolar, tirarse por un tobogán o tirarse a la piscina.
 

UNIRSE AL NIÑO EN ACTIVIDADES QUE ÉL DISFRUTE: pero no retroceda ante su ira. Es común en este tipo de niños volver a juegos de la primera infancia que son muy repetitivos como hacerse cosquillas, jugar con sus deditos… Nunca debemos interrumpir una actividad que aporte enganche mutuo y placer, aun cuando parezca interminable, siempre y cuando el niño esté atento, señalando y de alguna forma comunicando que quiere más. Al principio puede que el niño no acepte la intrusión en su juego y lo demuestre con ira, gruñidos, gemidos e incluso palabras, pero no se aparte ni deje de intentarlo; tómelo como una forma de comunicación y un paso más hacia la expresión de placer. Debemos demostrarle que entendemos su ira y consolarle (imitando su tono de voz y expresiones y poco a poco suavizando nuestro tono de voz hacia uno más conciliador).

 

ABRIR LA PUERTA AL JUEGO SIMBÓLICO: debemos intentar que la interacción aumente y para ello realizaremos juegos imaginarios siempre que nos sea posible. Es decir, si el niño nos pide galletas le daremos unas galletas y un vaso imaginarios, y si se quiere ir le daremos unas llaves imaginarias y observaremos si apaga la luz imaginaria. Todas las oportunidades deben ser usadas para fomentar la imitación de acciones simbólicas.
 

TRABAJAR EN NIVELES MÚLTIPLES A LA VEZ Y SER MUY PERSISTENTE: debemos tratar de conseguir la atención del niño, enfocándola a lo que a él le gusta y fomentando la interacción y la comunicación a la vez. Sobre todo es importante mantener la atención mutua y el enganche.
 

PARTIR DE SITUACIONES RUTINIZADAS Y FLEXIBILIZARLAS PROGRESIVAMENTE: cuando observemos problemas para comunicarse de forma espontánea en una situación concreta podemos rutinizar esta situación; esto es, provocarla con claves claras de inicio y terminación hasta que se domine para progresivamente ir introduciendo modificaciones de forma que se flexibilice su uso.

 

NO INTERPRETAR UNA MALA CONDUCTA COMO ALGO PERSONAL CONTRA USTED: la persona con autismo no es una persona manipuladora ni que esté planificando el hacerle la vida más difícil. No son prácticamente nunca capaces de ser manipuladores. Por regla general la mala conducta es el resultado de los esfuerzos que han de realizar para sobrevivir frente a experiencias que puedan ser confusas, desorientadoras o generadoras de miedo. Debido a su discapacidad, las personas con autismo son egocéntricas. La mayoría de ellas tienen muchas dificultades para interpretar las reacciones de los demás.

 

La mayor parte de las personas con autismo de alto funcionamiento, utilizan e interpretan el lenguaje de forma literal. Hasta que no conozca sus capacidades EVITE: modismos, dobles sentidos, sarcasmos y apodos cariñosos.
 

RECORDAR QUE LAS EXPRESIONES FACIALES Y OTRAS SEÑALES SOCIALES PUEDEN NO SER ENTENDIDAS: la mayoría de las personas con autismo tienen dificultades para leer expresiones faciales e interpretar “el lenguaje corporal”.

 

EVITAR UNA SOBRECARGA VERBAL: ser claros, usar frases más cortas si percibe que el niño no le está comprendiendo correctamente. Aunque no tenga ningún problema de audición y esté prestando atención, le puede resultar difícil comprender el punto esencial de su explicación, así como identificar la información importante.

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